Los momentos
estalares de la humanidad se presentan en épocas de grandes crísis,
cuando las matemáticas como la aritmética, la geometría y el álgebra no
pueden responder a los requerimientos del desarrollo de la ciencia; una
gran cantidad de nuevas ramas de las matemáticas surgen para dar
respuestas a los interrogantes que la época requiere.
La
geometría analítica, el cálculo, los logarítmos y el estudio en general
del movimiento producen lo que se llama la gran revolución científica.
En ella, la trigonometría es la principal aliada de los científicos que
con largas y precisas observaciones del movimiento de los planetas
pueden fundamentar con Newton a la cabeza una nueva concepción del
universo regido por leyes mecánicas de una asombrosa precisión.
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